1598.- EL REFERÉNDUM DE FELIPE II, SOBRE MANTENER O NO EN EL IMPERIO LAS FILIPINAS.
Conviene saber que, salvo algún caso excepcional, España no conquistó Filipinas ni los demás territorios del Pacifico. Los diferentes clanes, reinos o sultanatos se incorporaron libremente a España, en tiempos de Felipe II, con la promesa de que no iban a recibir un trato discriminatorio en relación con las distintas provincias del imperio hispánico, incluidos los peninsulares. La Hispanidad cumplió su promesa y no hubo dominación sino aceptación del poder monárquico. Las únicas excepciones fueron las poblaciones de la región de Cordillera, en el norte del archipiélago, y los la población islámica de Mindanao y del sur. Estas poblaciones sí se resistieron al gobierno de la corona hispánica.
Felipe II, en 1598, pocos meses antes de su muerte y ante la petición del primer Arzobispo de Manila, organizó un referéndum en Filipinas para preguntar a sus habitantes si estaban cómodos perteneciendo a la Monarquía hispánica, y si deseaban seguir perteneciendo a ella. Este referéndum (el más antiguo del que tenemos conocimiento), era vinculante. Es decir, Felipe II estaba dispuesto a abandonar aquél territorio si sus habitantes así lo querían.
Obviamente, la pregunta no se hizo a cada habitante de las islas Filipinas, sino que se preguntó a los cientos de caciques filipinos (allí llamados «sultanes») y que habían sido soberanos independientes antes de la llegada de los españoles. Las distancias y dificultades de desplazamiento, tanto por tierra como por mar (Filipinas está compuesta por miles de islas e islotes) hizo que se tardaran varios meses en completar la consulta. El resultado fue que más de un 90% se sentían satisfechos, y querían seguir siendo súbditos de la monarquía española. Y ante la pregunta de «por qué», dijeron que España les había dado una unidad comercial, y un medio de entenderse que antes no tenían (lengua española). Hubo, incluso, un caso de un sultán que hizo la siguiente salvedad: «como hasta ahora no se me había consultado, creo que se me deben devolver todos los impuestos que he pagado hasta el momento, y que empezaré a pagar, gustoso, a partir de ahora». El gobernador aceptó la petición (de lo que tenemos datos es de si la cumplió). Como se ve, aunque es cierto que en el siglo XIX hubo algunas prácticas discriminatorias por parte del gobierno peninsular, lo cierto es que los habitantes de Filipinas no consideraban a España como una potencia invasora o colonial. Como es bien sabido y toda la historiografía reconoce, hasta la anglosajona, la sublevación de Filipinas (basada en algunos argumentos justos) fue instigada, financiada y alentada por los Estados Unidos. La población Filipinas pagaría de forma monstruosa su error, dado que sólo un año después de la secesión en 1898, comenzaría la guerra filipino-estadounidensde de 1899-1903, que supondría la muerte de un 10-15% de su población. Después vendría la ingeniería social para imponer el idioma inglés, borrar 4 siglos de pasado común, implanar la leyenda negra, etcétera.
(Artículo basado en aportación de «El Arcón de la Historia de España»).